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Revista 21

INTERCAMBIO CULTURAL CON LA POBLACIÓN DE LA MAGDELEINE

  • III Época
  • Diciembre 2008
  • Por Aspas Manchegas
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El pasado mes de abril de 2008 recibimos co municación desde una pequeña población de la Región de Valle de Aosta, en el bajo Valtournenche, a solo 9 km de Châtillon, se trata de La Magdeleine (1.650 m.), un pueblecito encantador rodeado por bosques que ofrece 5 km de pistas existentes que permiten esquiar por las pendientes del Monte Tantané. El pueblo se encuentra en la izquierda orográfica del valle del Cervino y disfruta de una ubicación excelente. En verano su población se multiplica por 10 ó por 20, pasando a tener entre 1000/ 2000 habitantes, frente a los 100-200 que tiene duranteel año. Eminentemente turístico, además de la práctica de los deportes de invierno ofrece al visitante la posibilidad de visitar siete molinos de agua, situados de manera escalonada a lo largo de un pequeño valle, además de un horno de pan.

El hecho de tener ese número de molinos fue el detonante para contactar con alguna población española que la igualase en número de ingenios, así es como a través de la persona encargada de la magnífica biblioteca de la Magdeleine, Daria Covolo, que domina a la perfección el castellano comenzaron a buscar esa localidad «hermana o gemela». Tras varios contactos telefónicos, es en el mes de mayo

(foto en el Museo de la Molienda)

cuando recibimos la visita de su Síndico (Alcalde) Edi Emilio DUJANY, acompañado de un industrial y consejero/asesor de la comarca, Francesco MAURIS. Tras casi un día entero de viaje, descansaron a su llegada, ya de noche, a Mota y al día siguiente, tuvimos ocasión de mostrarles los molinos de la Sierra, la cooperativa vitivinícola Ntra. Srta. De Manjavacas y la población, pasando por la sede de la Asociación donde fueron obsequiados con distintos presentes (libros, pegatinas, CD promocional, etc.), recibiendo nosotros también, algunos productos típicos de su tierra como queso, vinagre aromatizado y pan negro. En la despedida quedamos invitados para visitar su localidad en la llamada Fiesta del Pan y conocer su entorno y recursos turísticos, incluidos, como no, sus siete molinos de agua.

Pese a no encontrarnos bien de salud, viajamos hacia nuestro destino – con todos los gastos de viaje y alojamiento sufragados por nuestros anfitriones- dada la ilusión que los organizadores de la fiesta, habían puesto en nuestra visita. En el aeropuerto de Turín fuimos recogidos por un vehículo que nos trasladó, en poco más de hora y media hasta La Magdeleine. A nuestra llegada fuimos recibidos por el Alcalde, Edi, y Francesco, quienes viajaron a Mota del Cuervo en su día, además del asesor de turismo Franco BERRUQUIER y colaboradores del consistorio; departiendo en una cena de bienvenida, consistente en productos típicos (pastas, pasta, quesos, embutidos, etc.).

La Fiesta del Pan, se celebra el primer domingo de octubre, y nosotros participaríamos en un encuentro-debate (el sábado previo a la fiesta) bajo el título «Molinos de agua y molino de viento, distinta energía misma tradición»
(foto de Francesca Alti en un momento de
la charla).
Tal evento tuvo lugar a las cinco de la tarde y se desarrolló en una sala acondicionada para la ocasión donde se podían encontrar materiales de la Asociación (folletos, publicaciones, etc.) donde no faltaron las típicas bolsitas de harina molidas en el Museo de la Molienda. Además, se repartieron pegatinas, pines y llaveros promocionales a los asistentes, que llenaban la sala, ya que nuestra presencia había levantado bastante expectación, intentando estar a la altura de las circunstancias, puesto que compartíamos mesa con un famoso periodista televisivo, un historiador de la comarca, el propio Alcalde de la Magdeleine y la bibliotecaria que hacía de nuestra interprete.

Tras la exitosa actividad de la tarde, tuvimos una cena de honor con los políticos, empresarios e intelectuales donde se trataron diversas cuestiones de colaboración para el futuro. Por la noche, en una gran carpa, similar a la de nuestras fiestas, se desarrolló una velada amenizada por un grupo musical con baile.

Al día siguiente, con el sol calentando esta jornada tan especial, se celebraba la tradicional FESTA DU BLÉ AU PAN (Fiesta del Pan) en la que se instaló un mercadillo de productos tradicionales (gastronómicos –miel, embutidos, quesos, etc.- ropa, bisutería, etc.) además de diversos grupos que recuperan tradiciones (música y bailes, cestería, molienda del trigo, textiles, etc.). También había puertas abiertas en los siete molinos de agua y maqueta de la Magedeline, además de cocer en horno el típico pan negro. A medio día hubo una comida típica-popular en la carpa instalada cerca del recinto deportivo, cercano al mercadillo y todo ello amenizado con música popular, entre la que se pudo escuchar algún acorde flamenco. A las siete de la tarde sólo quedábamos allí los organizadores (foto de familia) y nosotros, como invitados, que pudimos departir en una última cena las actuaciones conjuntas de cara al próximo año, en el que, posiblemente, nos visiten un grupo de esta población con el fin de llevar acabo un hermanamiento en toda regla ente las dos localidades con vistas a poder llegar a construir un molino de viento en la Magdeleine y otro de agua en Mota del Cuervo y más…, todo se andará.

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